miércoles, 31 de agosto de 2022

Septiembre

 



Septiembre, para nosotros, es el mes de la primavera.
Cruza sus esteros el tiempo y nos sorprende con su luna blanca dibujando formas inquietantes. Es la paz que se asoma con el sueño lento y quebrado, evoca otros momentos: pretéritos, felices... Quién pudiera ser luz para llegar a lo más hondo del alma y devorar versos para calmar tanto desasosiego.

En el tumulto inerte, los colores visibles del presunto renacimiento son la salvación para este naufragio. Y se adormece el viento y los brazos se extienden... Buscan espacio entre los grises para multiplicar los patios y descorrer los velos de lo absurdo.

Algunas frases aparecen entre mis trazos leves con sus diminutas ansias de vivir, pero se derrumban ante la necedad de los otros. Quiero pintar un lienzo a sol pleno con vuelo de gaviotas, quiero detenerme a mirar lo que soy: mi silencio, la esperanza, algún cuaderno del pasado, el verso que me sostiene... porque no hay nada más. El horizonte arroja sólo silencio.

L.Fraix

viernes, 26 de agosto de 2022

En mis vuelos

 

En mi corazón
se escucha el viento,
bajo el sol,
atravesando el vuelo
como pájaro desierto.
Recogeré mis alas
y me daré a su amparo.
Quiero desoír el llanto
de estos ojos desnudos
entre la vigilia
de tantos años
esperando...

Luján Fraix

miércoles, 10 de agosto de 2022

Un instante

 


Tu voz
es  caricia,
beso.
Asoma entre los recuerdos
la mirada
de la emoción,
la bruma
de un trueno,
el lenguaje del amor
que ve
una lágrima
en el fondo 
de mi verso.

Luján Fraix

sábado, 6 de agosto de 2022

Agosto

 

Agosto.
Ya no queremos más frío y se siente en el aire que algo está por cambiar. Es el renacimiento de la vida, de las cosas cercanas, de algún proyecto, de las metas a corto plazo...
Es esa búsqueda del asombro que nos moviliza al menos por un rato para ser lo que somos y más. Debemos buscar el sendero, la ruta, nuestro camino... con dificultades porque ahí está el secreto.
Lo que cuesta mucho es lo que vale.
Yo nunca fui de quedarme porque siento que la vida se va y que el tiempo corre delante, dejándome sin aliento. Entonces, me arrebata la ansiedad de llegar... ¿Dónde?
A los sueños. En ese lugar hallaré la paz, estoy segura, y entonces ya podré apagar las farolas. Aunque, tal vez, encienda una vela para no quedarme dormida.