viernes, 6 de enero de 2023

Enero 2023

 

Hola a todos.
Me adelanto un poco porque acá en Argentina son las 18 horas, después no voy a tener tiempo. No es que tenga tantos festejos, no soy de festejos... pero igual está bueno detenerse a pensar en lo bueno de este año, en lo positivo, y en lo que vendrá.

Levantar la copa para brindar por la vida y la salud que es lo más importante, la paz interior y la otra... por la armonía y la paciencia, por el perdón. Y por la perseverancia porque voy a seguir andando caminos literarios hasta el fin de mi vida: es una misión que "alguien" me dio como herramienta para poder sobrevivir frente a los dolores de la existencia humana, frente a la incertidumbre, a los desgarros del alma, a no saber qué será mañana...

Es por eso y por tantas cosas que estoy aquí, de pie, como mi madre hubiera querido para seguir tejiendo historias. Ella sabía, ella amaba cada palabra. Ella está con sus claros mensajes.

Quiero agradecer a todas las personas que compraron mis libros este año. En especial, a España, Estados Unidos, Italia, Alemania, India, México, Japón, Reino Unido... Es increíble cómo otra gente, que no me conoce y , a la distancia, me elige entre tantos y tantos libros. En mi país apenas me leen, pocos, muy pocos. Es que se fijan que los autores publiquen con editoriales grandes. 

En otros países piensan diferente y es por eso que me emociono y con cada libro, especialmente en papel, siento que me quedo, que la palabra escrita es eterna y que puedo volver, cuando pasen muchos años, a soñar un poco cuando alguien pregunte: 

¿QUIÉN ERA?

Alguien que amaba con el alma la escritura, que era su vida entera, y que jamás especulaba; alguien que vivía para escribir, que compraba un cuaderno grande los 1 de enero para empezar una novela (porque escribo en papeles), alguien que entregaba todo a cambio de nada.

Gracias por estar este año 2022, los espero en el 2023 para seguir recorriendo juntos este sendero claro de sentimientos encontrados y auténticos, con la firme convicción de que se necesita de las emociones para ser mejores, para tener momentos plenos, para soñar con un mundo nuevo: con empatía y amor.

Les cuento que a mí la empatía me mata, me hace mal, a pesar de que es una virtud. Lo mío es de psicólogo porque esta noche, por ejemplo, me detengo a pensar en las personas que sufren, que han perdido a sus seres queridos, en los que no tienen para comer, en aquellos que están solos... Y no disfruto. Pero, bueno, soy así desde siempre.
Millones de gracias amores por quererme un poco, por acompañarme este año y por leer mis libros. Gracias, gracias, gracias... Les deseo toda la felicidad.
Los quiero.
Abrazos.

(prosa poética escrita el 31 de diciembre 2022)