viernes, 26 de febrero de 2021

Todavía...


a mi madre



Viento que en la llovizna vaga

tras la grandeza de una mirada.

Verso que con tus pasos llega

desde las cumbres hasta el abismo

                     de la tierra.

El tiempo con su fugaz destello

rodea el patio enmudecido

con la impaciencia de un perdón

que resiste las tinieblas vanas.

Frágil, en el sillón blanco,

sentada al borde de la vida,

te escucho con claridad todavía...

Las lágrimas partieron temprano

con las farolas de puerto encendidas,

la memoria va por la calle

en un grito buscando el olvido.

Desde el dolor de no entender

se aquieta el silencio demorado

y el corazón con vuelo perdido

sabe que recogerá mis alas

para darme asilo.


En ese hondo mar de llantos,

tus ojos despiertos todavía...

dejan de mirar

para ver en los míos.


L.Fraix