lunes, 28 de febrero de 2022

Marzo

 

Nunca pensé que después de haber escrito dos novelas sobre la guerra, en este caso de Malvinas, hoy estuviera sintiendo ese vacío de corazón inhumano y desapacible, la incertidumbre de no saber, de no haber aprendido nada, de quedarme a oscuras con preguntas sin respuestas.
Y el dolor tan profundo,
la soledad en los gritos de nuestros hermanos que lloran...
La guerra es nada, no sirve, acumula angustias inocentes de seres que no entienden tanta maldad humana.
Y cuando se va deja cenizas que se vuelan con la primera brisa, silencio, ruinas, impotencia, cielo devastado, tormenta que no cesa, nubes grises y eternas.
¿No aprendimos nada a lo largo de los años y de los siglos?
Sordos al dolor del otro, siguieron combatiendo por ideas estériles, con el alma hecha muro, piedra caliza, frente a los ojos húmedos de los niños heridos por fuera y más por dentro.
Niños que sueñan con un futuro, que buscan la risa, que enfrentan el miedo, sin comprender, bajo la lluvia de las balas.
"No hay nada que la guerra haya conseguido que no hubiésemos podido conseguirlo sin ella". (Havelock Ellis)
Marzo aparece desierto porque hemos quedado desolados, con un deseo de esperanza demolido frente a otro dolor que nos sacude el corazón.
La palabra PAZ parece tener tres letras... nada más.
"Grande es la culpa de una guerra innecesaria". (John Adams)