viernes, 4 de marzo de 2022

Temblor de badajos

 

Deslizan el rosario sus manos de alabastro
con atávico porte de núbil abadesa,
disimula la alforja, la cruz que la embelesa,
el cielo sobre el quino es signo de su rastro.

Enhebra ese coloquio su pálida figura
breviario entre las manos, gozoso sacramento,
la ojiva es el retrato del místico momento...
¿Se entrega a los milagros, esclava y sin fisura?.

El prelado recoge las hostias y redomas
ya sabe que es doncella, conversa ante ese sino,
la patena esmaltada reluce cual platino
y un hálito de lirios invade los aromas.

L.Fraix
Poema premiado, Lira de Bronce-Conservatorio Literario de Rosario-Santa Fe-Argentina.