Mañana
es futuro y hoy tengo deseos de volar a un lugar más noble, más digno, más
humano… La realidad me habla su dialecto con palabras que no quiero comprender
del todo, me dice que me resigne a tener miedos. Nos hallamos en una sociedad
que busca otros aires, un horizonte nítido, un mañana que llegue pronto.
Estamos
cansados.
En
mi realidad personal, debería olvidarme del silencio; mi mirada no descansa y
mi cuerpo habita en una gran ciudad de cuatro paredes.
Necesito
interpretar mis propios mensajes y acostumbrarme a descansar cerrando los ojos.
La calma puede llegar a ser una borrascosa batalla.