domingo, 19 de julio de 2020

Para Rayén


En un cielo níveo, el huerto sagrado,
amanece un sol de lirismo ardiente,
tú inundas ese aire alegremente
pintando nuevos surcos perfumados.
Tu pluma es sabiduría de ese hado
en torno al latido, el amor presente.
La tarde es una noche adolescente,
la luna, tus ojos iluminados.
Soñando en el confín del firmamento,
el himno de tu voz se ha desmayado
en versos diáfanos que impulsa el viento.
Se deslizan plumajes irisados
en aquellos trinos, el sentimiento
que dentro de ti vive enamorado.



Luján Fraix