domingo, 19 de julio de 2020

Las llaves del cielo


Vi convexos desiertos ecuatoriales y en cada uno de sus granos de arena,
vi laberintos de calles angostas y sombrías...
vi tus ojos de cielo llorar abrazados a los míos...


vi la persecución inexorable del tiempo, reloj austral, verdugo...
vi máscaras, disfraces y muchas risas...
vi mi imagen, figura etérea, que sobrepasaba los límites cósmicos...


vi tu mano sosteniendo la mía sobre tu pecho...
vi el fantasma de la partida merodear por las sombras, en persona,
cruel y eterno, blanco...
vi las alturas y los abismos...


vi la soledad con su andar moribunda en la intimidad de los secretos,
alerta y despiadada, en la búsqueda de su último sueño...
vi tu ofrenda: una rosa,
vi en las miradas las primeras y las últimas palabras...
vi tu cuerpo dibujado como en un vuelo de gaviotas...
vi mi derrota...


vi mi amor, el de siempre, quedarse quieto como esperando el alba.

Luján Fraix