martes, 28 de julio de 2020

Yo misma


Anochece la distancia
en infecundas semanas
de luces apagadas.
Se desintegran los gritos
en el crepitar de las horas
mientras el tiempo
golpea
con su desgarrador presente.

Una voz
abraza el surco.
No tiene nombre
pero...
         me sostiene, me consuela...

Escucho trenes que pasan
en atmósferas inagotables,
respuestas
que no encuentro por las veredas
                                    detenidas,
cuando las hebras de sol
destejen en la mañana
su delicada tela.

Son espejos
         que me miran con un rostro
que arrastra todas sus edades
despojadas ya de su misterio.

Luján Fraix