Desde el arco ojival de la portada
hasta el alma que con tu luz palpita
en cada óleo, tu corazón suscita
ese sueño de princesa dorada.
Velo de encaje y de ilusión, cascada
que llega desde aquel vuelo infinito,
crisol de pinceladas precipita,
su escala de amor... página encantada.
Tienes tanto de rosas y de nubes,
tu devoción por la historia sube
al sol desde su alado movimiento
que se piensa, delante a tu morada
en alguna doncella enamorada
o en algún sobrio retrato del viento...
Luján Fraix
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