miércoles, 27 de mayo de 2020

Retrato de sus versos


A veces, leyendo a Bécquer
se me ilustra la añoranza,
se hace fruto la bonanza
de su palabra cabal.
Aquel país fue su cuna,
al aldabón de su aliento,
un alud de pensamiento
el ara de su historial.

Fue memorable su pluma,
"La Ajorca de Oro" el tesoro,
su inteligencia valoro,
es presea  para guardar.
¡Romanticismo agotado...!
clamaban por toda España,
indagando en la ermitaña
desazón para soñar.

El cromatismo del génesis
comulgaba en el espejo,
don José y su catalejo
ya era vidente pintor.
Gustavo, vate sensible,
retraído y bondadoso,
un fugaz ser luminoso
que padeció un gran amor.

Juró lealtad a las letras,
fue lírico referente,
desde su glosa silente
amó a Julia con dolor.
Frente al arco Sibilino,
Sevilla es su sepultura,
descansa en la galanura
de un divino resplandor.

Luján Fraix


Glorieta de Bécquer (Sevilla)













Imagen alegórica representado al amor ilusionado,
al amor poseído,
y al amor perdido.
Las flores las colocan los enamorados 
que todavía creen 
en tan bello sentimiento.