Niña,
querías ser grande
cuando no pensabas
en la finitud de la vida
y en la felicidad que podía romperse
en pedazos.
querías ser grande
cuando no pensabas
en la finitud de la vida
y en la felicidad que podía romperse
en pedazos.
Hoy,
ya llegaste a tu destino
derramando lágrimas de mujer valiente,
pero aún te aferras
a tu corazón inocente
con la pureza de tus ojos cansados
de mirar.
ya llegaste a tu destino
derramando lágrimas de mujer valiente,
pero aún te aferras
a tu corazón inocente
con la pureza de tus ojos cansados
de mirar.
L.Fraix